
Maoz y Aziz, dos empresarios de Israel y Palestina respectivamente, cuyas familias han sido destrozadas por la guerra, compartieron su testimonio: "Nuestro dolor nos ha acercado para crear un futuro mejor". Las 12.500 personas presentes en el simbólico monumento de Verona se pusieron en pie para aplaudir el gesto entre ellas y con Francescio: "Esto no es sólo coraje y testimonio de querer la paz, sino también un proyecto de futuro".